El plan energético de Petro depende de la Guajira



Nacional

“Con solo la energía limpia de La Guajira en su máximo, podríamos reemplazar toda la generación eléctrica de Colombia, incluidas las hidroeléctricas”. Con esta frase, el presidente Gustavo Petro, que gobernó la semana pasada desde este departamento marcado por el hambre y la pobreza, ha abierto una nueva discusión: ¿es eso posible? El mayor reparo entre los expertos es el riesgo que supone depender totalmente de granjas solares y parques eólicos para poder encender la luz, cargar el móvil o poner a funcionar desde la televisión hasta una gigantesca industria. Incluso con la fuerza de La Guajira, donde la velocidad del viento es del doble del promedio mundial y la radiación solar es mayor que el promedio de los países.

Aunque causa polémica, la afirmación del presidente durante la firma del Pacto por la Transición Energética Justa en Riohacha, la capital de departamento en el extremo norte del país, no sorprende del todo. El presidente Petro ha sido obstinado en su deseo de dar un salto definitivo de los combustibles fósiles a las energías limpias. A mediados de junio, por ejemplo, invitó por medio de Twitter a reducir el consumo de gasolina y anunció que daría ejemplo desde casa. “Comienzo por mi caravana presidencial”, aseveró. Para el mandatario de izquierdas, se trata de un camino urgente que no admite más esperas.

Su anterior ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, tuvo que calmar las aguas varias veces para evitar reacciones adversas de los mercados ante la postura de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, de frenar nuevos proyectos para la exploración y extracción de petróleo. El reemplazo de Ocampo, Ricardo Bonilla, ha conservado la línea moderada de su antecesor. Especialmente tras el reporte oficial que muestra una disminución de las reservas nacionales de petróleo de 7,6 a 7,5 años en 2022. Las de gas cayeron de 8 a 6,2 años, las más bajas desde que se empezó a llevar el registro hace 17 años.

Camilo Prieto, profesor de cambio climático de la Universidad Javeriana de Bogotá, explica que la matriz eléctrica debe contar con fuentes de respaldo que aseguren confiabilidad, es decir, con capacidad suficiente para que no haya cortes en el suministro en eventos como el Fenómeno del Niño. “Por esto, el país actualmente usa hidroelectricidad, gas, diésel y carbón. Estos energéticos tienen un factor de planta distinto al de la eólica y la solar”, señala.

“El factor de planta hace referencia a la disponibilidad que un generador tiene para inyectar energía a la red en un periodo de tiempo. Aunque varía según la región, los rangos globales aproximados para eólica o solar son de un 10% a un 40%, seguido por las hidroeléctricas y termoeléctricas de gas o carbón que oscilan entre 40% al 60%, y está la nuclear que puede superar el 90% como ocurre en Estados Unidos” agrega el experto.

Fuente: El país 

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