Asegura el Banco de la República que ya se puede ver la desaceleración económica en el país

 


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Cerrando el primer semestre del 2023, la economía colombiana ha comenzado a mostrar los primeros resultados sobre la desaceleración. El frenazo era un comportamiento que se advertía desde finales del 2022, que no solo afecta a Colombia, sino a casi todos los países a nivel mundial. No obstante, este cambio en la dinámica productiva ya se está empezando a notar en las ciudades del país.

Según los boletines económicos trimestrales, estadísticas elaboradas por el Banco de la República, la desaceleración es contrastante si se tiene en cuenta el resultado obtenido a finales del año 2022. En todas las regiones, lo que más está afectando al crecimiento es el desempleo, la inflación y en algunos casos eventualidades, como las inundaciones o derrumbes, han impactado actividades principales como el transporte o el turismo.

Una de las ciudades que más se ha visto afectada es Bogotá. La capital del país muestra indicadores que dan señales de decrecimiento y, tal vez, es el territorio que tiene una de las cifras más contrastantes si se compara con los resultados obtenidos en el 2022.

El sector transporte, la industria manufacturera, el comercio y las edificaciones fueron los sectores que más se impactaron. En el caso del primero, la crisis en las aerolíneas y la suspensión de actividades por algunos días (principalmente las aéreas) deterioraron el rendimiento que venía presentando.

La inflación hizo que los bogotanos moderaran su consumo, aunque en algunos aspectos ya ha dado muestras de reducción. El desempleo también cumplió un papel importante en la capital colombiana, ya que sus cifras se mantuvieron en dos dígitos.

Otra región que siente la desaceleración es la noroccidental (departamentos de Antioquia y Chocó). Lo que ha salvado, un poco, las cifras es que ha crecido la producción minera: “En el primer trimestre de 2023 la economía de la región Noroccidente profundizó su desaceleración. El contexto de alta inflación, mayores tasas de interés e incertidumbre condicionaron los resultados de las actividades productivas de la región vía una menor demanda. Con base en lo anterior, la producción industrial, las ventas minoristas y la mayoría de los indicadores del sector de la construcción y del agropecuario se contrajeron”, señaló el Banco de la República.

Como dato adicional, esta región es una de las que más se beneficia por las remesas que envían los colombianos, además, el oro es el mineral más importante en materia de exportaciones.

El eje cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda) es otra de las regiones que tiene una tendencia muy fuerte hacia la desaceleración, aunque ha mejorado en varios indicadores. La producción agropecuaria es una de las que más dinamismo ha perdido, principalmente la baja exportación del café es lo que más ha afectado.

En contraste, el sector de la construcción es uno de los indicadores positivos, principalmente en la compra de vivienda nueva. Este punto no ha crecido, según lo esperado, por los altos costos de financiación, explica el informe.

La región del suroccidente (Cauca, Nariño, Putumayo, Valle del Cauca) es la otra afectada por la desaceleración. El invierno y los derrumbes en las carreteras serían los principales responsables: “Mermaron las ventas reales del comercio, incluidas las de automotores nuevos, por prudencia en el gasto y mayores costos de financiación; en consecuencia, la producción manufacturera ajustó su oferta a la baja. También se redujeron la actividad agropecuaria y el transporte, en especial el terrestre, afectados por el extenso invierno. Igualmente, cayeron los desembolsos de créditos de fomento de Finagro y, en construcción, descendieron las ventas de vivienda nueva”, destaca el informe.

En las zonas centro, noriente y suroriente (Caquetá, Huila, Tolima, Arauca, Boyacá, Norte de Santander, Santander, Amazonas, Casanare, Guainía, Guaviare, Meta, Vaupés, Vichada) se han registrado aumentos en las dinámicas económicas. Aunque leves, los números son mejores que los vistos en el 2022, siendo las actividades petroleras y agropecuarias las que han permitido tener un balance positivo.

Fuente: Semana

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