Jair Bolsonaro se enfrenta a juicio político en Brasil por múltiples casos abiertos: el expresidente está bajo escrutinio


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El máximo tribunal electoral de Brasil iniciará el 22 de junio un juicio por abuso de poder político y desinformación contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro; que de ser condenado podría quedar inelegible para cargos públicos, anunció la institución el pasado el 5 de junio.

Bolsonaro es investigado por haber arremetido contra la justicia electoral y criticado, sin pruebas, la fiabilidad del voto electrónico en Brasil, durante una reunión con embajadores en julio pasado, menos de tres meses antes de los comicios presidenciales de octubre, en los que fue derrotado por el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, no es el único caso que tiene abierto el polémico expresidente.

Los casos de los que es objeto Bolsonaro.

Ante la justicia electoral

El Tribunal Superior Electoral (TSE) analizará el jueves si hubo abuso de poder político y uso indebido de los medios de comunicación durante una reunión que Bolsonaro celebró en Brasilia con embajadores, el 18 de julio de 2022.

Ese día, exhibió una presentación con desinformación sobre las urnas electrónicas y sugirió la participación de las Fuerzas Armadas para “corregir fallas” del sistema de votación, menos de tres meses antes de los comicios presidenciales, en los que fue derrotado por el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

Ante el TSE se tramitan en total 16 casos por los que Bolsonaro puede ser declarado “inelegible”. Eso incluye acciones por ataques verbales al sistema electoral o por el supuesto uso de la maquinaria pública en beneficio propio durante los comicios. Si resultara condenado, se le podría prohibir disputar elecciones por ocho años, dejándolo fuera de las presidenciales de 2026.

Ante la corte suprema

Bolsonaro enfrenta cinco investigaciones en el Supremo Tribunal Federal (STF), susceptibles de penas de prisión. Cuatro fueron abiertas durante su presidencia (2019-2022), mientras que en la última es investigado como presunto instigador del asalto a las sedes de los tres poderes por parte de seguidores suyos el 8 de enero en Brasilia.

En uno de los casos, Bolsonaro es acusado de interferir con la policía para proteger a familiares sospechosos de corrupción. También es investigado, en otro caso distinto al del TSE, por difundir desinformación sobre las urnas electrónicas.

Las otras dos pesquisas son por haber filtrado información confidencial de una investigación policial sobre un ataque cibernético a la corte electoral y por declaraciones sobre la pandemia de covid-19, cuando asoció la vacuna con un supuesto riesgo de contraer VIH.

Sin fueros especiales tras dejar la presidencia, también debe responder a procesos en primera instancia. Entre ellos, es señalado por “subversión al orden” por su participación en manifestaciones con consignas antidemocráticas el 7 de septiembre de 2021. Si fuera condenado de forma definitiva y a las penas máximas por esos delitos, el expresidente enfrentaría casi 40 años de cárcel.

Joyas y certificado anticovid

Bolsonaro es objeto además de una investigación de la Policía Federal (PF) por varios conjuntos de joyas regaladas por Arabia Saudita, algunas de las cuales habrían ingresado a Brasil de forma irregular en 2019.

Las joyas implicadas en el escándalo incluyen un juego de collar y pendientes de diamantes destinados a la ex primera dama Michelle, valuado por la prensa en 3,2 millones de dólares. Este conjunto fue incautado por la aduana cuando una comitiva ministerial intentó ingresarlas a Brasil en 2021.

El caso puede configurar delito de peculado (apropiación de bienes públicos) o tributario, por el ingreso de bienes privados sin la debida declaración y pago de impuestos. Bolsonaro negó haber cometido ningún crimen en su declaración en abril ante la PF. También negó en mayo haber participado en la supuesta falsificación de su certificado de vacunación contra el covid-19, así como de otros allegados.

En el marco de esa investigación, la policía allanó la casa del expresidente, un escéptico del covid que siempre aseguró no haberse vacunado.

Fuente: Semana

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